Crear un personaje en D&D es diseñar un ser único con historia, habilidades y motivaciones. El proceso comienza eligiendo una raza (elfo, enano, humano, etc.) y una clase (guerrero, mago, pícaro...), que determinan habilidades y estilo de juego.
Luego, debes asignar puntuaciones a seis características clave: Fuerza, Destreza, Constitución, Inteligencia, Sabiduría y Carisma. Aquí entran los dados: se suele lanzar 4 dados de seis caras (d6) y se suman los tres resultados más altos para cada característica. Este paso añade un elemento de azar que hace que cada personaje sea irrepetible.
Finalmente, se escoge un alineamiento moral, una historia de fondo y el equipo inicial. Así, el personaje cobra vida y está listo para adentrarse en el mundo que el DM tenga preparado.
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